ISLA DE PERROS ⭐️ ⭐️ ⭐️ ⭐️ ⭐️

Filmar una película con estética oriental es garantía casi segura de que será una obra hermosa a los sentidos, repleta de matices delicados, teatro kabuki, baile, música, gongs, ropas de seda… y tradiciones milenarias. Y, como era de suponer, Isla de Perros tiene todo eso. Y más.

Lo más reciente del talentoso e increíblemente joven Wes Anderson (tiene sólo 49 años) es una drama que se desarrolla en el contexto de una ciudad japonesa ficticia y, por lo tanto, está impregnada de simbolismo asiático muchas veces incomprensible para esta parte del mundo. Sin embargo, no pierde su sello característico a la hora de contar una historia.

El filme es una seguidilla de imágenes estimulantes para todos los sentidos, llenas de colores, texturas, personajes extremos y geometría. Mucha geometría, donde abundan los planos con muchas líneas rectas y escenas donde la simetría de los elementos juegan un rol clave. ¡Imposible no darse cuenta de que se trata de Wes Anderson!
¿De qué se trata?

La línea argumentativa es sencilla de seguir, aunque tiene complejos matices que funcionan más como metáfora de los tiempos que vivimos: de la inmediatez asfixiante, de las decisiones populistas, de las relaciones efímeras, de la alienación mental de las masas, de la corrupción, de las ansias de poder… pero, sobre todo, del amor que cimienta lazos indestructibles.

Esos lazos son los que unen a Atari, un niño de 12 años, con su perro guardaespaldas llamado Spots. Tanto así que el pequeño es capaz de transgredir una normativa impuesta por su tutor legal, el alcalde de Megasaki, que confina a todos los perros de la ciudad a vivir, abandonados a su suerte, en una isla llena de basura.

La búsqueda sin descanso de su otrora inseparable amigo da vida a la trama, complementada por sabrosas aventuras de otros personajes. Varios de ellos son personas que viven en la ciudad; los otros, son perros con personalidades (animalidades) muy características: el perro democrático, el perro bribón, el perro desadaptado-social y hasta 'el perro mentalista' (mi favorito). etc.

Todos ellos dan sabor a una trama cargada de pasión animalista y amor, donde se pueden distinguir claramente dos bandos: los malos, aquéllos que harán lo (im)posible para continuar con la segregación canina; y los buenos, quienes quieren que humanos y perros convivan sanos y en paz a pesar de las intrigas y constantes amenazas.

Ni triste ni feliz

Hay escenas cargadas de dramatismo y otras llenas de felicidad. Con todo, no podría decirse que sea une película ni triste ni feliz. Simplemente muestra lo más hermoso del ser humano y su relación con los animales. Y, al mismo, tiempo, muestra lo más bajo de las sociedades cegadas por discursos políticos y ambiciones desmedidas.

Una joyita, una obra de arte delicada, sensible y apasionada. Un resumen certero y elegante de los tiempos modernos, donde no abundan las relaciones profundas y sinceras. Una explosión de amor. Una explosión de perritos. Una explosión de geometría pura y dura. Una explosión de Wes Anderson.

⭐️ ⭐️ ⭐️ ⭐️ ⭐️ (Obra maestra)
  • Dirección: Wes Anderson.
  • Protagonistas (voces)Bryan CranstonEdward NortonBill MurrayJeff GoldblumScarlett Johansson, Tilda Swinton, Ken WatanabeKoyu Rankin.
  • A quién le gustará: a fanáticos de Wes Anderson, a los amantes de los perros, a los amantes de la cultura oriental. A los fanáticos de las formas geométricas (incluso algo TOC con las líneas y la simetría); a los animalistas por naturaleza; a los amantes del stop motion; a personas sensibles.
  • A quién NO le gustará: a seres insensibles, insolentes; amantes de las armas y las guerras y las explosiones (aunque algo de eso hay); a populistas, falsos, abusadores, corruptos, mafiosos, antiéticos; a niños que creen que porque hay perritos es una película infantil (ojo, papás).



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