OKJA ⭐️⭐️⭐️⭐️

Lo más anecdótico de esta película es que el superanimal, creado/criado para ser un superalimento... ¡fue descubierto en Chile! Todo lo demás deja de ser anecdótico y nos sitúa un trepidante drama de acción y en lo que, para muchos, se ha convertido en una verdadera encrucijada moral.

Pero para mí esa encrucijada no tiene nada que ver con comer o no comer carne animal. Reducir la trama al solo hecho del maltrato animal me parece un poco proselitista, antojadizo e injusto con una producción que nos habla de valores que deberían ser inherentes a la raza humana, pero que poco a poco hemos ido perdiendo.

Okja es una metáfora de los tiempos; en sí misma, es una lección de vida de cómo deberíamos comportarnos los seres humanos en una sociedad, a pesar de las políticas, corporaciones y las personas despiadadas -aquí entran en juego los antagonistas, Tilda Swinton incluida-.


La protagonista, Ahn Seo-hyun, saca aplausos con su interpretación de una joven decidida, consecuente y perseverante, que lucha contra las adversidades con tal de defender lo que para ella es justo: en este caso, cruza todo un océano con tal de conseguir que Ojka -el superanimal- vuelva a vivir con ella en el campo.

El rol de la pequeña actriz norcoreana es impactante y exquisito, pero no desde la sensibilidad barata, sino que desde las emociones más profundas; aquéllas que anhelamos como humanidad, pero que no tenemos: el amor incondicional, la perseverancia, la honestidad y el altruismo en contraposición del egoísmo.

Ella y Okja viven tranquilamente junto a su abuelo; devuelven peces y frutos a su lugar de origen si es que toman más de los que necesitan; viven en paz, tranquilamente, rodeados de naturaleza, en armonía familiar. Son personas esforzadas y muy dignas que cumplen con el rol de crianza que les fue encomendado y no conocen la codicia...

... Codicia que, claramente, sí está presente en la personificación casi caricaturesca del personaje de Swinton y sus aliados: seres deleznables capaces de vender a sus propias madres con tal de obtener una tajada de la torta. Acá, la forma (el matadero de superanimales para hacer cecinas) da lo mismo: lo que importa es el trasfondo.



Otro valor que destaco es la lealtad, no sólo del personaje de la niña, Mija, sino que también de otros actores que, no importando el bando en el que militan, son capaces de romper las barreras de las reglas, y deciden seguir lo que si corazón y sus conciencias les dictan. Una gran lección en los tiempos que corren.

Por todo, considero una bajeza reducir la película a la reflexión sobre el negocio de la carne. Centrar el debate en esto me parece una forma de proselitismo oportunista por parte de grupos que quieren aprovechar el momento para convencer a personas extrasensibles y de carácter débil de que sus convicciones están erradas o de que son peores personas porque no son vegetarianos o veganos como ellos. Mal.

Okja es una joya desde todo punto de vista: desde la fotografía, las escenas de acción (que son realmente interesantes y convincentes), las actuaciones y, como ya he dicho, las metáforas. En resumen, no nos queda más que atesorar todas esas enseñanzas que sí nos hacen mejores personas en nuestra vida diaria, independientemente de si comemos un buen bistec o no.

⭐️⭐️⭐️⭐️ (Excelente)
  • Dirección
  • Protagonistas Ahn Seo-hyun, Tilda Swinton, Jake Gyllenhaal. 
  • A quién le gustará: a los amantes de los animales, a quienes creen que el mundo puede ser un lugar mejor; a los amantes de las historias bien contadas; a quienes aman las películas de acción; a personas sensibles, a veganos evangelizadores.
  • A quién NO le gustará: a personas sensibles; a quienes quieren personajes menos caricariturizados, a los fanáticos de la carne, a quienes no sientan ternura por un animal como Okja. A quienes esperan un final poco convencional. #AlertaDeSpoiler.

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